viernes, 17 de agosto de 2012

Zafarrancho

Estoy como incomoda. Papeles y ropa y polvo y luz y no luz. Decisiones y plantas y ...me asfixio.
Las palabras no han sabido decirse, se han ido a dormir por bastante tiempo y no me han hablado.
Espero resucitarlas, espero saber cómo. Otra vez, una vez más.
A veces siento que se me van, que se vuelven inseguras porque ahora ya no se leen todo el tiempo. Ya no se reconocen en sus propios espejos de palabras ajenas.
Es dificil eso de no reconocerse, yo las comprendo, uno como que se pierde un poco a uno mismo.
A ellas les pasa como a mi. Pero yo todavía me tengo, me conservo sujetandome de la ropa y resisitiendo al viento fuerte que me quiere llevar lejos, a lugares que no conozco.
Sí, a veces es bueno ir a esos lugares y darse cuenta de que no hay "eso de perderse", que uno se reinventa y solo es eso, cambio.
Pero mis palabras se sienten aturdidas entre tantas letras nuevas. Ellas no saben decir å, ö, ä. Y esas otras no saben de tíldes, o de cuando le toca a la c y cuando a la s y cuando a la v y cuando a la b.
Les cuesta a mis palabras dialogar con esas otras que luchan para apoderarse de mi mente y a veces hasta se dicen primero. Y mis palabras viejas se sienten traicionadas y sienten que las dejo ir, que ya no las llevo de la mano, que ya no les doy ese lugar gigante que les daba dentro de mi misma.
Ay, palabritas mías, si supieran... A mi me gustaría que estuvieran seguras, que no tuvieran miedo de decirse, de aparecer una y otra vez expresivas, bailando como antes. Que no tuvieran miedo a equivocarse y a hacer zafarrancho! Que linda que sos zafarrancho!
Si supieras! Si supieras que linda que sos!
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