sábado, 31 de marzo de 2012

bellezas

Cuando estoy triste, busco desesperadamente en el blog de Fabi. Sé que ahí, voy a encontrar palabras delicadas, fotos de sonrisas, y palabras que hablan de todas esas pequeñas bellezas que hacen la vida más linda. Ella tiene un don para encontrar esas bellezas, creo yo.
Entonces, cuando mis ojos estan ciegos para ver las bellezas de mi mundo, me sumerjo en el suyo y me regocijo con bellezas ajenas. Me recuerdan sus bellezas, que las bellezas existen. Que estan ahí, que son simples y pequeñas, y que solo esperan a ser descubiertas.
De ahí, salto al blog de mi amiga Marce. Y la leo, y nunca quiero llegar al final de las palabras. Porque sus palabras también vienen de un lugarcito calido dentro de ella. Un lugarcito delicado y pequeño, que se hace gigante cuando escribe y se expresa.
Yo amo la belleza. La delicadeza. Las palabras suaves, los sonidos dulces, los abrazos tiernos.
Y hay gente que tiene magia, o está más despierta para encontrar estas cosas. Y hay gente que las crea sin saber, como si tuviera un don, sin darse cuenta.
Y entonces, estar cerca, es recibir constantemente muchos regalos...

Natura

Ya no sé escribir, me digo. Mis manos se estancan entre las letras. Las letras se doblan y forman espirales que me sujetan los dedos, los dedos no saben desenredarse de ellas. No avanzan.
Pero mientras no sé escribir, escribo. Camino sin caminar, digo sin decir y miro.
La nieve cae por la ventana y es un alivio, siento.
Tan delicada, tan rapida, buscando desesperadamente donde caer y disolverse. Aunque quizas, me pregunto, a ella no le importe. Quizas a la nieve no le importe donde vaya a caer. Quizas solo se deja ir, se deja mover por el viento que la lleva de a empujones, pero delicadamente... a su destino.
La belleza de los días, sucede alla afuera, me digo.
El otro día llovió, hacía tanto que no llovia! Fue una lluvia tonta, no la tormenta que yo esperaba.Pero era lluvia. Y la lluvia, siempre es bienvenida.
Salí al balcon a recibirla. Me mojé las manos, me las llevé al pecho y la absorví toda. Mi pecho sediento de lluvia se la bebió por completo.
Siempre creí que la lluvia era una manera de expresarse de la tierra, como si fuera una bicha grande que se mueve y nos mueve con ella.
La tierra llueve cuando quiere desprenderse de algo, cuando quiere gritar truena y relampaguea de ira. A veces su lluvia es boba, como en Estocolmo, no se anima a gritar de llanto. Llueve como con verguenza.
Pero todavía no entiendo, por inexperiencia, que querrá decirme con la nieve. Con esas gotitas blancas que vuelan sin direccion. ¿Qué me estará diciendo la vida?

viernes, 2 de marzo de 2012

Vuelvo a escribir....

Escribo cuentos, mis manos los pezcan en el mar.
Tengo que volver a escibir, a decir algo, lo que aparezca.
Mis frases se han vuelto cortas e insulsas.
Yo, que solía escribir estirando las palabras hasta que formaban renglones eternos en este cuadrado blanco de este blog.
Yo estiraba las palabras como chicles.
Ahora todas se cortan. Se hacen breves. Dicen poco.
Pero vuelvo a escribir! Y eso ya es algo. Se dicen. Que no es poco.
Quizás se deba a que por estos lados el agua ha estado congelada y ahora recien los cuentos se están despertando y pueden asomar la cabeza entre los trozos de hielo roto y mis manos entonces ahora sí, cuando ellos estiran la cabeza para ver el sol nuevo los atrapan hechos chicles.
Bienvenidos. Otra vez.
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