sábado, 15 de octubre de 2011

Noche de octubre

(Esto es un intento de no censurar a las palabras cuando quieren hablar a su manera)


Suena el llamador de ángeles que tengo colgado en la ventana. Es mover la cortina y suena. Y los ángeles vienen y me ven así tecleando. Me cuesta llamarle a esto escribir, yo solo siento que mis dedos apretan plasticos que encima suenan de una manrea rara. Podría generar una música, grabar este ritmo que generan las teclas y mis dedos. Habría diferentes ritmos e intensidades, los silencios hablarían de mi cuando no escribo.

Escribo, a la vez que tecleo y pienso. Es como si hubiera perdido un tren. No se porque pienso en eso, en un tren que se aleja y escucho el ruido del irse. Es un tren de antes, un tren de humo y ruido ensordecedor. Es un tren negro y se aleja y yo lo miro en el andén. Pero me gusta, me sienta bien el verlo desde fuera. Siento como un extraño placer en quedarme estatica y ver como se va sin mi.

Un cierto placer en transgredir lo que debería suceder. En cambiar el destino. En no moverme, en hacer una revolución sin palabras, sin gestos, sin ir.

Pasa un avión, es de noche, y me reflejo en el vidrio de la ventana. Yo con mis lentesitos de marco negro, me despeino. Y ahora si soy yo. Otra vez, y ahora soy más yo.

Intermitencias, epejismos, tortugas, grandilocuencias, advertencias, maritimas flores, marquesinas, epidermicas, ahogadas azucenas, primavera, vera, mia, sordida, escondida, retablos, adornos y tornos y marcos y llantos. Estatura, caradura y reconditos logros palundrucos floridos songitos magicos pasicos laticus...FIN


Sí, encontrare las mañanas. Descubriré las flores y las besare. Nada de ahogarlas en el río seco de la tarde. Mañana, solo la mañana sana. Había una zanja allá en el campo cuando era pequeña y los pájaros me besaban los senos. Las hormigas me comian los dedos y yo andaba así toda salpicada de gotitas rojas. Hoy es un día surreal. No hay que esperar más que el caos, gracioso caos. Basta de no romper las cadenas de las letras. No diré nada que pueda sonar inteligente. Me burlo de la inteligencia, me burlo del orden y de las formas. Me despeino, sí! me despeino mucho por todo lo que no me despeinaré despues. Despues cuando esté contigo y la salvaje deba callarse para dar paso a la reina.

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