domingo, 14 de febrero de 2016

Otra mujer

Me estoy transformando en otra mujer. No sé si es el frío, no se si es la antigua pena que ha dejado marcas, no se si es la vida sola. Lo cierto es que estoy distinta, más dura, más guerrera.
La guerrera en mi me defiende con uñas y dientes. Yo misma a veces la censuro, pero últimamente ella se me adelanta y se hace decir antes de que pueda contenerla.
La gente que por estos lares no acostumbra a criticar lo establecido (o al menos mucho menos de lo que esperaba) me mira con esa mirada piadosa y casi condescendiente del que no acostumbra a criticar nada. ¿Me habré transformado en una de esas personas que lo discuten todo?, ¿me habré transformado de golpe en una "conflictiva"? No lo creo.
El silencio es también una forma de violencia. Quedarse mirando cómo el poderoso se aprovecha de su cargo con negligencia, quedarse quieto cuando una injusticia afecta a todo un grupo, esperar a que siempre sea otro el que diga, el que ponga el pecho a las balas, el que se juegue por intentar cambiar algo que sea mejor para todos. Callar, no hacer nada, hacerse "el sueco"... ¿No es eso una gran violencia? ¿Una gran violencia contra el resto pero también contra uno mismo?
El sedentarismo de esperar que los otros cambien el mundo, el quejarse y no hacer nada, el no mover un dedo... El gozar de derechos que das por sentado pero que un día no lo fueron, que tenes porque hubo otros que fueron "conflictivos" y a los que se miró con cara de condescendencia, se los tildó de locos, de rebeldes. de subversivos.
No soy sumisa, me repugna el acomodaticio que quiere quedar bien con Dios y con el diablo, el que no opina, el que no se la juega por el resto porque es más "seguro" quedarse calladito y esperar a que otro nos saquen de la mierda. El que se llena la boca alabando causas enormes pero cuando en el día a día se le da la oportunidad de cambiar algo sigue de largo y no hace nada. El que piensa en su placer chiquitito, porque a él igual le sirve, entonces ese pequeño beneficio vale más que algo mejor para todos, y esconde la cola y le lame la mano al cagador. El que piensa que no vale la pena porque igual "no lo vas a cambiar" y no se da cuenta de que no se está cambiando nada porque él no esta sumando su voz. Yo quizás me esté transformando, quizás esté más loca, más rebelde, más subversiva, pero ellos, los más calladitos, son los que están cometiendo la peor violencia.

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